En
estos tiempos de grandes cambios económicos, el mercado
empresario se torna aún más exigente y competitivo.
Para quienes se preguntan cómo "llegar", la respuesta
es obtener una buena formación, estar atento para la capacitación
permanente, poseer una real vocación de desarrollo y tener
gran decisión para lograr los objetivos.
Hemos escuchado demasiadas
veces que cuando alguien progresa o tiene éxito, se diga
con ligereza "Fulanito tuvo suerte", sin averiguar demasiado
cuál fue la actitud de Fulanito. Cuando comenzamos a puntualizar
algunas cosas, nos enteramos que ese profesional "afortunado"
estudia, toma cursos extracurriculares, está atento ante
las oportunidades (becas de perfeccionamiento, job summer, etc.),
trata de ver qué empresas son las ideales para su desarrollo,
siempre lleva consigo su curriculum vitae y ya envió muchas
cartas de presentación.
Cuando en los primeros
tiempos se le presentó la oportunidad de realizar una corta
pasantía, se jugó a dejar la mejor impresión,
y, una vez llegado su fin, la empresa lo invitó a quedarse
en el staff permanente. Fulanito, se decidió por un curso
de posgrado en el exterior porque había conseguido una
beca para ayudarse con los gastos, y declinó la oferta,
pero se ocupó de irse, saludando a todos, intercambiando
tarjetas y prometiendo volver con una mejor capacitación.
Sus amigos, cuando
envidian la suerte de Fulanito, no recuerdan que se ocupó
de enviar 50 prolijos curriculum con sendas cartas promocionándose
con una excelente argumentación, y que, en cada entrevista
a la que fue llamado, cuidó todos los detalles desde la
puntualidad hasta los datos que obtuvo previamente de la empresa,
no pasando por alto enviar una nota de agradecimiento a aquellos
selectores de personal que NO lo habían seleccionado, pero
lo habían tratado con consideración.
Fulanito, que es consciente
de que no es un joven brillante, se preocupa por ser responsable,
laborioso, flexible, cordial y confiable. Conoce sus limitaciones
y, evaluándolas, ha hecho de ellas sus "fortalezas".
Ejercita su sentido de autocrítica, aprendiendo de sus
errores, y tiene la astucia de escuchar a aquéllos que
saben más. En su primer empleo no tuvo inconvenientes en
empezar "desde abajo" porque entendió que era
el camino más seguro para "llegar arriba".
Fulanito es igual
a los demás y no nació sabiendo cómo orientar
su carrera, pero detectó muy pronto la importancia de saber
mostrarse con todas sus capacidades y no dudó en recurrir
a la orientación que podían brindarle quienes tienen
toda la experiencia en inserción laboral.
El ejemplo de Fulanito
está usado para transmitir que, a pesar de los mitos, los
buenos empleos y las becas no son patrimonio exclusivo de los
"bochos", sino de aquellos que supieron explotar sus
recursos y darse a conocer en la forma adecuada.
Personalmente no creo,
salvo en casos excepcionales, que la suerte sea el mejor ingrediente
para progresar. Sé que el esfuerzo, las ganas y las ideas
claras, junto con las mejores herramientas de promoción,
pueden hacer que, en este mundo cada vez más complejo,
se cumplan exitosamente las expectativas.
Permítaseme
insistir en algo que sé por experiencia propia y corroboro
a diario:
Las metas no
se alcanzan. Se conquistan.
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