Guía
para buscadores de Empleo
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La
búsqueda laboral
Las mujeres
ante el mercado laboral
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La
mujer luchando por imponerse en un pie de igualdad en todos los
campos parece una figura recortada del pasado lejano.
Sin embargo, y a pesar de haber recorrido un largo camino, queda
aún terreno por afianzar. Mitos y realidades sobre la mujer
en el trabajo. Debilidades y fortalezas femeninas.
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La
mujer tuvo y tiene una activa participación en el desarrollo
de la humanidad. La historia cuenta con un sinfín de mujeres
talentosas en los campos más diversos. A pesar de que se
destacaron independientemente de su condición femenina,
no hay que olvidar que debieron vencer, en cada caso, el rol asignado
ancestralmente: el hogar y los hijos.
Las cosas fueron cambiando y la mujer, con tenacidad y sacrificio,
día a día, fue ocupando lugares que eran de exclusivo
dominio masculino. Hoy, casi no queda sitio en que la mujer no
pueda trabajar. No parecen existir limitaciones ni barreras, y
sin embargo es pronto aún para afirmar que estamos en igualdad
de oportunidades.
Esto no significa que el sólo hecho de ser mujer afecte
o restrinja las posibilidades de desarrollarse laboralmente, lo
que se afirma es que debe prestarse atención a ciertos
aspectos particulares de la contratación o ascenso dentro
de una empresa. Es necesario, para la mujer, planificar la vida
de antemano para obtener buenos resultados a mediano plazo y no
encontrarse con un horizonte muy acotado.
Desde luego que no todas las mujeres sufren inconvenientes y muchas
dirán que jamás tuvieron problemas. Esta afirmación
es válida, pero son muchas las variables que entran en
juego; una de ellas es la actividad que desempeñen. Hay
sectores con decidida mayoría femenina: empleadas administrativas,
docentes, asistentes de ejecutivos, secretarias, recepcionistas.
También son requeridas en ventas, relaciones públicas
o tareas de telemarketers. Existe una presencia muy marcada
en ciertas especialidades médicas o paramédicas,
así como en determinados fueros jurídicos. En
las profesiones liberales o de ejercicio independiente la mujer
suele gozar de las mismas posibilidades -e inconvenientes- que
el hombre.
La
mujer maravilla
En cambio, en posiciones de responsabilidad, como la alta gerencia
de empresas privadas, el número decrece hasta ser casi
nulo.
Inevitablemente, al aspirar a este tipo de cargo, la mujer tiene
que demostrar más aptitudes y antecedentes de los que se
le exigen al sexo opuesto. En síntesis, hace falta demostrar
que se es el doble de eficaz y que se está dispuesta a
dar prioridad a la empresa sobre cualquier otro asunto.
Ello es posible, y muchas veces llegan, pero esto como todas las
cosas, tiene un costo. Una serie de preconceptos lleva a esta
situación. La mujer siempre tiene más compromisos
familiares. Toda posición ejecutiva implica asistir a una
reunión después de hora, dedicar horas extras a
la capacitación, realizar viajes imprevistos. No todas
las mujeres tienen las cosas armadas como para hacer todo esto
sin resentir ninguna esfera (trabajo, familia, vida social). Se
dirá que es una injusticia, y estamos de acuerdo, pero
si se calcula que probablemente el 50% de las mujeres sufre algún
tipo de restricción para desenvolverse, la otra mitad dirá
que no tiene ningún tipo de trabas; pero como la empresa
no puede verificar a qué franja pertenece la postulante,
ante la duda opta por contratar a un varón.
El hombre que ocupa un puesto alto tiene alguien que le cubre
las espaldas resolviendo los problemas cotidianos, y este papel
habitualmente lo cumple su esposa. Las mujeres difícilmente
puedan esperar lo mismo de sus parejas. Al menos ésta es
la idea que tienen las empresas.
Buenos indicios
Las leyes laborales creadas para dar protección a las mujeres
que trabajan terminan por concederles beneficios que los empresarios
toman como una carga y, algo pensado con la intención de
proteger, las deja más expuestas a no conseguir empleo.
Mientras las organizaciones no modifiquen sus prejuicios, la situación
no se podrá resolver. Sin embargo, hay buenos indicios
entre las nuevas generaciones. Por ejemplo, los programas laborales
para jóvenes profesionales no tienen este tipo de discriminación.
Los cambios se irán dando con el tiempo, ya que desde el
punto de vista demográfico cada vez son más las
personas de sexo femenino con alta especialización. La
necesidad de aprovechar estos recursos humanos va a obligar a
que las empresas empiecen a buscar soluciones para captarlas antes
de que lo haga la competencia.
Las armas que conozco para enfrentar las dificultades recién
expuestas, añadidas a las ya generales del desempleo, son
la capacitación con los ojos puestos en las necesidades
del mercado y la perseverancia en la búsqueda de oportunidades.
TIPS
I
Debilidades
& Fortalezas
- Las
mujeres suelen ser menos: Racionales, resistentes
a la crítica, seguras para argumentar, agresivas
en las estrategias, adaptables a los cambios de horarios,
disponibles para viajes imprevistos, resistentes a los
ambientes hostiles.
- Las
mujeres suelen ser más: Comunicativas, expertas
en aportar soluciones creativas, intuitivas y al mismo
tiempo reflexivas, atentas a los pequeños grandes
detalles, propensas a tomar la tarea como asunto propio,
capacitadas para organizar la diversidad, adaptables a
situaciones nuevas.
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TIPS II
Mitos &
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Realidades
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Emocionalmente las mujeres son inestables
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Por sus características biológicas son muy adaptables
a situaciones difíciles.
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Tienen más problemas domésticos
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Por eso están obligadas a ser más organizadas
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Tienen menos condiciones para liderar grupos muy calificados
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Cuando creen en algo son muy apasionadas y comunicativas,
y saben transmitir sus motivaciones al grupo
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Presentan más razones de ausentismo
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Las
estadísticas demuestran lo contrario
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Fuente:
Revista Becas & Empleos Nº 86. Autor: Liliana Velarte
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